De Andalucía a Galicia: ¡arriba las secadoras!

por | May 20, 2025 | 0 Comentarios

En Almería nunca necesité una secadora. De hecho, ni me lo planteaba. Tendías la ropa y en un rato estaba seca. Aunque fuera invierno, aunque hiciera viento… daba igual. El clima lo solucionaba todo. Para mí, la secadora era uno de esos aparatos que ocupan sitio y gastan luz, pero que realmente no hacen falta.

Pero entonces me mudé a Galicia. Y todo cambió.

Aquí la ropa no se seca. Aunque no llueva, aunque la tiendas dentro, aunque pongas el deshumidificador. Se queda ahí, húmeda, días y días. Y si esperas demasiado, empieza a oler mal. Intenté sobrevivir sin secadora durante un tiempo. Lavaba cuando podía y esperaba que la ropa se secara… pero aquí hay temporadas en las que llueve durante semanas, y no hay manera. Al final era todo un caos.

Pero cuando me quedé embarazada, decidimos que no podíamos seguir así. Con un bebé en camino, necesitaba soluciones prácticas.

Compramos una secadora. Y sinceramente: fue de las mejores decisiones que hemos tomado.

Ya no dependemos del clima. Lavo cuando hace falta, seco la ropa y punto. Sin complicaciones. Sin olores raros. Sin toallas eternamente colgadas en el salón.

Y no, no es un lujo. Es sentido común si vives en una zona húmeda, si tienes criaturas, o si simplemente no quieres que tu casa se convierta en un tendedero permanente.

 

Cómo saber si necesitas una secadora

  • Vives en Galicia y usas ropa 😅
  • Has colgado ropa dentro de casa y sigue mojada al tercer día
  • Tienes un bebé (o niños, o simplemente lavadoras frecuentes)
  • El olor a humedad empieza a formar parte del ambiente
  • Te agobia depender del tiempo cada vez que pones una lavadora
  • Has tenido que repetir una lavadora entera porque la ropa, después de días tendida, olía a “cerrado”
  • Has dicho en voz alta: “No tengo nada limpio que ponerme y todo está mojado”

 

¿Qué tipo de secadora necesito?

Si estás empezando a mirar opciones, verás que hay más variedad de la que parece. No todas gastan igual ni funcionan igual. La de evacuación es la más básica y barata, pero necesita un tubo al exterior, así que si no tienes ventana o salida cerca, olvídate. Las de condensación recogen el agua en un depósito que tú misma vacías, y no necesitan instalación extra, pero consumen un poco más. Y luego están las de bomba de calor, que también funcionan con depósito, no necesitan tubo y además gastan menos luz. Son más caras al principio, sí, pero secan bien, cuidan la ropa y a la larga compensa. Nosotros elegimos una de bomba de calor y no me arrepiento. La enchufamos y a funcionar.

 

Pequeña oda a la secadora

Querida secadora:

Gracias por devolverme el olor a limpio.

Gracias por secar los pijamas del niño.

Gracias por salvar esa camiseta a última hora.

Gracias por no juzgarme cuando meto tres lavadoras seguidas.

Gracias por quitarme de encima la angustia de tener ropa colgada por toda la casa.

Gracias por existir.

Sé que haces ruido, que ocupas espacio y que alguna vez me has encogido un calcetín.

Pero te quiero.

Y te mereces un aplauso cada vez que sacas la ropa calentita.

 

Si tú también has hecho el paso de “yo no necesito eso” a “cómo he vivido sin esto tanto tiempo”, me encantará leerte. ¿Secadora sí o no? ¿Cuál tienes? ¿Te cambió la vida? ¡Cuéntamelo!

Etiquetas: Humor

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