Feliz día de la madre

Hoy es el Día de la Madre.

Y desde hace un tiempo, este día me toca distinto. No solo lo celebro, lo siento.

Lo vivo desde dentro, con todo lo que implica: lo bonito, lo difícil, lo que te desborda y lo que te salva.

Ser madre lo cambia todo.

Te transforma de maneras que no imaginabas. Empiezas a ver el mundo desde otra perspectiva, como si todo lo importante estuviera de repente dentro de tu casa, en un cuerpo pequeño que te necesita para todo. Eres consuelo, rutina, risa, refugio. A veces una sombra que siempre está, y otras, un sol que lo alumbra todo.

Y en medio de esa montaña rusa emocional, vas encontrando una nueva versión de ti que ni sabías que existía.

Muchas veces hablo de lo duro que es. Porque sí, lo es.

Hay días en los que me siento agotada, saturada, desbordada. Días en los que todo pesa. Pero luego están los otros. Los que te salvan.

Cuando me abraza sin venir a cuento. Cuando me da un beso solo porque sí. Cuando se ríe con esa risa limpia que solo tienen los niños.

Y entonces me acuerdo de por qué estoy aquí. Por qué me levanto una vez más aunque esté rendida. Por qué todo esto, incluso lo más difícil, merece la pena.

Felicidades a todas las madres.

A las que acaban de empezar y a las que llevan toda una vida.

A las que crían en soledad. A las que se apoyan en tribus pequeñas o enormes.

A las que trabajan fuera, dentro o en todas partes a la vez.

A las que lloran porque creen que lo están haciendo mal. A las que ríen porque han sobrevivido a otro día de locura.

A las que ya no tienen a sus hijos cerca. A las que los recuerdan. A las que siguen cuidando aunque los hijos ya peinen canas.

Porque ser madre no es solo una etapa. Es una forma de estar en el mundo.

Y sí, también quiero felicitar a la mía, por supuesto.

Porque ser madre me ha hecho mirar atrás de otra forma.

Porque entiendo cosas que antes no comprendía.

Y aunque nuestra relación no sea de cuento, agradezco lo que estuvo, lo que pudo dar, lo que intentó, lo que consiguió y las muchísimas cosas que me enseñó.
❤️ Feliz día mamá, aunque sea en la distancia. ❤️

Hoy no necesito regalos.

Mi mejor regalo me llama “mamá” cada día, con la boca llena de palabras nuevas, de descubrimientos, de vida.

Y eso vale más que todo.

Feliz Día de la Madre.

A vosotras. A mí. A todas.

Porque con amor, con esfuerzo y con cicatrices invisibles (y a veces también visibles) seguimos adelante.