Hace 21 meses, cuando mi peque llegó al mundo, los bodies eran esa prenda maravillosa que lo mantenía calentito, abrazado y siempre adorable. Pero parece que ha llegado el momento de dar un paso adelante en esta montaña rusa de la maternidad: ¡la retirada del body!
Todo empezó en la reunión de principio de curso de la guardería. Entre planes de actividades, canciones y manualidades, nos soltaron la noticia: “Este año comenzaremos con el entrenamiento del baño. Los peques deben venir con ropa fácil de bajar”. Y ahí estaba yo, intentando procesar… ¿Ya estamos en esta etapa? ¡Si hace nada estaba envolviéndolo en un body talla cero! Pero aquí estamos, enfrentándonos a la realidad de que mi bebé ya no es tan bebé.
¿Por qué y cuándo decirle adiós al body?
Aunque da un poco de nostalgia, hay varias razones por las que es un buen momento para retirar el body del armario de nuestros peques. Aquí os dejo algunas de las más importantes:
- La independencia del baño: La guardería nos lo ha dejado claro: es momento de que los peques practiquen bajarse los pantalones solos, preparándose para ese gran paso de dejar el pañal… ¡cuando en casa también estemos listos, claro! Y, seamos sinceras, un body con sus corchetes y enganches no es precisamente el mejor aliado en esta misión. Así que, a cambio, camisetas y pantalones fáciles de quitar son la opción ideal. Además, es una manera divertida de fomentar su independencia: para ellos, cada pequeño logro (como bajarse los pantalones sin ayuda) es una victoria.
- Las temperaturas y la comodidad: Cuando nuestros hijos eran más pequeños, los bodies eran perfectos para mantenerlos calentitos y protegidos. Pero ahora, con tanto correr, saltar y explorar, una camiseta y unos pantalones ligeros resultan mucho más cómodos, especialmente en los meses de calor. Y no solo eso, sino que los bodies pueden empezar a quedarles demasiado ajustados, limitando sus movimientos. ¿Y qué niño quiere estar limitado cuando hay tanto por descubrir? Así que, fuera cuerpos encorsetados: ¡es hora de liberar esas barriguitas curiosas!
- Facilitar la vida (y la colada): Los bodies, con todos sus corchetes y botones, pueden ser un auténtico desafío en esas mañanas apresuradas (o noches, o cualquier momento del día, en realidad). Cambiarlos por camisetas y pantalones puede ahorrarnos unos cuantos minutos valiosos y, de paso, algunas lavadoras más sencillas. ¿Quién no ha tenido ese momento de desesperación al intentar cerrar los corchetes de un body mientras el bebé se retuerce como si fuera de gelatina? Sí, las camisetas y pantalones son una opción más práctica para todos.
- La cuestión de las tallas: Y aquí viene otra verdad: a partir de cierta edad, encontrar bodies de tallas grandes es como buscar un tesoro escondido. Las tiendas parecen conspirar para que dejemos atrás esta prenda, porque cuando tu peque pasa a la talla 2-3 años, los bodies comienzan a desaparecer del mapa. ¡Así que es una señal más de que es hora de cambiar! A veces parece que el mundo de la moda infantil tiene un código oculto que no nos han explicado: “Querida mamá, si tu niño ya corre, salta y trepa, es momento de olvidar los bodies”.
El dilema emocional: entre nostalgia y risas
Reconozcámoslo, decir adiós a los bodies no es solo un cambio de vestuario. Es también un símbolo de que nuestros bebés están creciendo. Cada cambio en su ropa es una pequeña señal de que están dejando de ser nuestros bebés, de que la etapa de los pañales también está cerca de su fin y que, poco a poco, están aprendiendo a ser más independientes.
Pero no todo es drama (aunque un poco de drama maternal siempre está bien para darle emoción). También está la parte divertida de ver cómo nuestros hijos crecen y se transforman en pequeñas personas con su propia personalidad, con sus preferencias de ropa (¿quién hubiera imaginado que tu peque iba a desarrollar una opinión tan firme sobre los calcetines que quiere llevar?), con sus propias aventuras diarias. Y sí, aunque tengamos que despedirnos de los bodies, vienen muchas otras cosas emocionantes, como elegir su primera camiseta con su personaje favorito o esos pantalones con los bolsillos más grandes del mundo donde meterán todas las piedras que encuentren en el parque.
Risas, pañales y mucha paciencia: una etapa más en el gran viaje de la maternidad
En el fondo, este cambio de vestuario es solo una pequeña parte del gran viaje que es ser madre. Una etapa más en esta aventura llena de risas, de pequeñas frustraciones y de grandes descubrimientos. Así que, sí, diremos adiós a los bodies, pero también sabemos que cada día trae nuevas sorpresas.
Porque al final, lo que importa no es tanto el body o la camiseta, sino que ellos se sientan cómodos, felices y libres para explorar el mundo. Y eso, amigas, no tiene precio.
¿Y vosotras? ¿Cuándo decidisteis que era el momento de dejar los bodies? ¿Algún truco para que la transición sea más fácil? ¡Me encantaría leer vuestras experiencias en los comentarios!
Deja una respuesta