Querido diario,
Anoche fue otra de esas noches que parecen una secuela interminable de una película de terror, solo que en lugar de fantasmas y monstruos, tenemos biberones y pañales. Aquí va el relato de la última aventura nocturna en esta casa de insomnio:
Primera parte: La falsa esperanza
19:00 – Con la determinación de un explorador polar, empiezo la rutina de la noche. El baño está listo y el pequeño está feliz chapoteando como si estuviera en un parque acuático. Me siento como la heroína de una película de acción acuática, pero sin dobles de riesgo.
20:00 – Tiempo de la cena. Después de un banquete digno de un rey bebé, comienza la operación «Abrígate». Ponerle el pijama se siente como una pelea de lucha libre, pero finalmente está vestido. Parezco una locutora de lucha diciendo «¡En la esquina azul, con 10 kilos y mucho sueño, el bebé!» Ya deberían darme una medalla por esto.
21:00 – Cuento de buenas noches leído, canciones cantadas. Parece que finalmente se duerme. Suspiro de alivio. Tal vez esta noche, solo tal vez, podré dormir más de tres horas seguidas. Empiezo a fantasear con ser parte de una competencia de dormir, en la que podría ser la ganadora indiscutible.
Segunda parte: La realidad golpea
23:00 – «¡Waaaaaah!» Grito de batalla de mi bebé. No, esto no está pasando. Miro el reloj y suspiro. ¡Solo dos horas de sueño! Me levanto, medio zombi, y voy a calmar al pequeño guerrero. A estas horas, normalmente aún no me he acostado, estoy viendo alguna serie, relajándome un poco del día. Claro, porque nada dice «relajación» como una serie de zombies, ¿verdad?
23:30 – Después de un cambio de pañal y un biberón, vuelve a dormirse. Regreso al sofá con la esperanza de que esta vez sí dure. Me siento como si estuviera en una maratón interminable, donde cada vez que estoy a punto de llegar a la meta, la línea de llegada se mueve más lejos.
Tercera parte: El complot del insomnio
01:00 – Despierta de nuevo. ¿Acaso tiene un radar para detectar el momento exacto en que estoy entrando en la fase profunda del sueño? Parece que sí. Intento calmarlo con caricias y susurros, mientras me pregunto si alguna vez dormiré de nuevo. Me pregunto si hay algún lugar donde vendan “fases de sueño profundo” en botellas.
01:30 – Finalmente duerme de nuevo, pero yo ya estoy tan desvelada que tardo en volver a dormir. Empiezo a contar ovejas, pero las ovejas también parecen estar demasiado cansadas para saltar la valla.
Cuarta parte: La hora bruja
03:00 – Otro despertar, otro cambio de pañal, otro biberón. En mi estado de somnolencia, empiezo a tener conversaciones filosóficas con el osito de peluche. «¿Por qué, oh Osi, no puedes calmarlo para siempre?» Osi no responde. Creo que está conspirando en mi contra.
Quinta parte: La rendición
04:30 – Ya he perdido la cuenta de cuántas veces me he levantado. Estoy segura de que he entrado en un estado alterado de conciencia. Vuelvo a intentar dormir, sabiendo que el amanecer está cerca. Si la falta de sueño fuera un deporte olímpico, tendría el oro asegurado.
Sexta parte: El amanecer de la esperanza
06:00 – El bebé despierta otra vez, pero esta vez, con una sonrisa angelical. Intento aguantar hasta las 6:45, que es cuando suena la alarma para levantarnos. A pesar de todo, esa sonrisa me derrite. Miro sus ojos brillantes y, por un momento, olvido el cansancio. Lo tomo en brazos y nos dirigimos a la cocina para comenzar otro día de aventuras. ¿Quién necesita un despertador cuando tienes a un bebé con una sonrisa deslumbrante?
Conclusión del día: ser madre significa noches sin dormir, pero también significa tener a alguien que te ama incondicionalmente y hace que cada sacrificio valga la pena. Además, ¿quién necesita dormir cuando tienes café? Mucho café.
Querido diario, sé que me estoy repitiendo, pero la maternidad es dura. Dura y maravillosa a partes iguales. Y aunque a veces pienso que nunca volveré a dormir, también sé que cada sonrisa y cada abrazo valen la pena.
Hasta la próxima noche de insomnio.
Queridas lectoras (y lectores), ¿alguna vez habéis tenido una noche de insomnio digna de una película de terror? ¡Contad vuestras experiencias en los comentarios! Me encantaría leer vuestras historias y saber que no estoy sola en esta loca aventura de la maternidad. ¡Vamos a reírnos juntos de estas noches interminables!
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