Lactancia: posturas para amamantar

por | May 29, 2025 | 0 Comentarios

Como ya conté en el primer artículo de esta serie (Lactancia: mis primeros días), no soy ninguna profesional del tema. No soy asesora de lactancia ni tengo ningún título que lo acredite. Solo soy una madre que ha pasado por esto, que lo vivió con dudas, con dolores, con cesárea… y que aprendió sobre la marcha.

Me apetecía compartir mi experiencia por si le puede servir a alguna otra madre que, como yo al principio, se encuentra un poco perdida entre tanta información (y tanto consejo contradictorio).

Hoy quiero hablaros de algo que parece muy básico, pero que tiene más miga de lo que parece: las posturas para amamantar. Porque sí, la forma en la que colocamos al bebé, y nos colocamos nosotras, marca una diferencia muy grande. En comodidad, en agarre, en dolor (o no dolor)… porque, aviso importante: lo normal en la lactancia es que no duela. Que haya un poco de sensibilidad los primeros días, vale, pero si duele de verdad, hay que consultarlo. En mi caso, el dolor venía porque el bebé tenía el frenillo de la lengua muy corto. Le hicieron un pequeño corte (ni lloró, de verdad), y fue un antes y un después. Así que si notas dolor, no lo normalices. Busca ayuda, y si puede ser antes de salir del hospital, mejor. Cuanto antes se detecte el problema, más fácil es atajarlo.

Aquí os cuento las posturas que yo probé, cómo me funcionaron y qué aprendí de cada una.

 

1. Postura de cuna (la clásica de toda la vida)

El bebé se apoya sobre tu antebrazo, con su cuerpecito mirando hacia ti. Barriga con barriga. Su cabecita queda cerca de tu pecho, y tú puedes observarle bien.

Pros: Muy intuitiva, es la que nos viene a la cabeza cuando pensamos en dar el pecho. Una vez coges el truco al agarre, es muy cómoda.

Contras: Al principio, si el agarre no es bueno, puede doler. Cansa el brazo si la toma se alarga.

 

2. Cuna cruzada (la versión pro)

Aquí el bebé está igual de frente, pero tú lo sujetas con el brazo contrario al pecho que estás usando. Así tienes la mano libre del lado del pecho para ayudarle a colocarse.

Pros: Ideal para controlar el agarre cuando estás empezando. Te da más control sobre la cabecita y el movimiento del bebé.

Contras: No es tan relajada como la de cuna cuando ya tienes experiencia. Necesita un poco de coordinación al principio.

 

3. Posición de rugby o balón de fútbol

El bebé se coloca a tu lado, bajo tu brazo, con los pies hacia atrás (como si fuese un bolso o un balón). Su cabeza queda a la altura de tu pecho.

Pros: La salvadora tras la cesárea: no hay presión sobre el abdomen. Muy estable y cómoda si usas cojín de lactancia.

Contras: Al principio cuesta visualizar cómo ponerlo. Hay que colocar bien cojines o apoyos.

 

4. Acostadas de lado

Tú tumbada de lado y el bebé también, frente a ti. Os colocáis barriga con barriga, y el bebé se engancha así.

Pros: Fantástica para las tomas nocturnas. Puedes descansar (o al menos no estar de pie a las 3 de la mañana).

Contras: Al principio da respeto moverse, o simplemente respirar con el bebé ahí. Hay que practicar hasta que ambos lo dominéis.

 

5. Semi-recostada o “posición biológica”

Tú estás tumbada de forma semi-reclinada (como si te hubieras dejado caer en el sofá), y el bebé sobre ti. Se guía por su instinto para encontrar el pecho.

Pros: Muy natural y respetuosa con el ritmo del bebé. Buena si estás agotada o necesitas estar tumbada.

Contras: A veces el bebé necesita tiempo para encontrar el pecho solo. No siempre es práctica si tienes prisa o estás fuera de casa.

 

6. Caballito (posición vertical o sentada)

El bebé está sentado sobre tu muslo o en tu regazo, mirando hacia ti, con la espalda recta. Tú le sujetas la nuca y el torso para acercarle al pecho.

Pros: Muy útil si el bebé tiene reflujo o gases. Genial cuando ya se sujeta un poco o cuando está más mayorcito. También puede ayudar si el bebé tiene dificultad de agarre con otras posturas.

Contras: No es fácil de usar los primeros días si el bebé no tiene todavía control de cabeza. Hay que sujetarlo bien y encontrar una posición cómoda para ambos.

 

En resumen: no hay una postura perfecta, ni un único camino. Cada madre y cada bebé tienen su ritmo, sus rarezas y sus posturas favoritas. Lo importante es encontrar la que os vaya bien a vosotros. Y si hoy no va bien, mañana será otro día.

Categorías Lactancia | Maternidad
Etiquetas: Nueva mamá

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