Hace siete años, llegué a Betanzos sin saber que este pequeño rincón de Galicia se convertiría en mi hogar. Como almeriense, las fiestas que conocía eran muy distintas, pero aquí descubrí una tradición que me ha enamorado por completo: el Globo de San Roque.
El Globo de San Roque es una celebración que data del siglo XIX, cuando los hermanos Pita, unos artesanos locales, empezaron a fabricar este imponente globo de papel en honor a San Roque, patrón de la ciudad. A pesar de su tamaño y complejidad, lo más increíble es que sigue siendo fabricado de manera totalmente artesanal, con papel, cola y mucha dedicación. Cada año, el 16 de agosto, el pueblo entero se reúne para ver cómo este gigante se eleva hacia el cielo nocturno.
Desde mi primer año en Betanzos, tuve la suerte de participar directamente en el lanzamiento del globo. Sostenerlo y sentir esa mezcla de nervios y emoción mientras todo el pueblo espera a que se eleve es una experiencia que me ha marcado profundamente. Hay algo mágico en estar tan cerca de esta obra de arte efímera, en sentir su delicadeza y, al mismo tiempo, su fuerza cuando finalmente se libera y comienza a ascender.
Sin embargo, los últimos años han sido un reto para esta tradición. En 2018, el globo sufrió un percance y se rompió antes de poder ascender, dejando a todos los presentes con una sensación de vacío. En 2022, aunque el globo sí logró volar, la fuerte lluvia del día 16 obligó a posponer su lanzamiento al 18 de agosto. Y en 2023, por diversas razones, no se pudo llevar a cabo el lanzamiento. Fue una gran pena, especialmente después de los años difíciles de la pandemia, que no pudimos verlo volar.
Pero anoche, todo cambió. Con un bebé, tuve que tomar distancia y con verlo desde un balcón, pero qué vistas tenía desde ahí. Aunque extrañé estar en medio de la acción, ver el globo elevarse desde esa perspectiva, con todo Betanzos a mis pies, fue igualmente especial.
Lo que hace que el Globo de San Roque sea tan especial no es solo el espectáculo visual, sino todo lo que representa. Es una celebración de la comunidad, de la tradición, y del esfuerzo colectivo. Cada año, Betanzos se une para crear algo bello, y eso es algo que, viniendo de fuera, me conmueve profundamente.
El globo surcando el cielo no solo es un símbolo de la fiesta, sino también de la esperanza y la continuidad de una tradición que sigue viva a pesar de todo.
Si alguna vez os encontráis en Betanzos en agosto, no os perdáis la oportunidad de ver el Globo de San Roque. Os prometo que será una experiencia que quedará grabada en vuestra memoria, y probablemente también en vuestro corazón.
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