En la guardería de mi hijo, es habitual que, cuando uno de los peques cumple años, los padres envíen una bolsita de cumpleaños para sus compañeros. No es que sea obligatorio ni mucho menos (y quien no lo haga, ¡genial también!), pero la mayoría lo hace y parece que ya es casi tradición. Así que, con el cumple de mi peque cerca, me ha tocado a mí pensar en las bolsitas que quiero preparar.
Bueno, no sé si soy demasiado estricta con el azúcar. A ver, tampoco soy una santa; mi peque ha probado azúcar alguna vez. Pero hay ciertos alimentos que no puede tomar y, hasta que lo descubrimos, tuvimos que revisar cada cosa que comía. Puede que por eso me haya vuelto un poquito más protectora con su alimentación… ¡qué le vamos a hacer!
Además, a sus casi dos años, cualquier pizquita de azúcar le da un “subidón” y lo pone a correr y trepar como loco. Y ahí es donde me encuentro con una pequeña “crisis” cada vez que llega un cumple de los compañeros en la guardería. Normalmente, las bolsitas que preparan otros padres vienen llenas de chucherías y hasta chocolatinas. Igual cuando tenga cinco o seis años, un par de chuches no me preocuparán tanto, pero con dos años me parece demasiado.

Eso sí, antes de nada: no quiero que suene como si estuviera juzgando a otros padres. A mí me parece estupendo que cada uno haga lo que quiera, y si otros deciden incluir chuches, ¡fantástico! Agradezco de corazón el detalle, aunque luego me da un poco de pena porque mi hijo apenas puede aprovecharlas… y, al final, ¡me las acabo comiendo yo! (con ayuda de mi Michelin, claro, el de la barriga, que se apunta encantado al banquete).

El año pasado, cuando mi peque cumplió uno, no hice bolsitas para la guarde. Su cumple coincidió con un puente, así que estábamos de viaje y no me preocupé en absoluto de preparar nada. Pero este año sí que va a estar, y quiero probar algo diferente… aunque tampoco es un cambio tan radical, es algo muy sencillito, menos azucarado y creo que más sano. Un par de mini-bolsitas de gusanitos, un par de globos y un pompero para que jueguen.

Además, les he añadido un toque especial con un diseño del segundo cumpleaños y una foto que imprimí en casa. Así, creo que los niños podrán disfrutar sin depender de tanta azúcar, entre burbujas, globos y gusanitos, y espero que algún padre también agradezca el respiro.

Para quienes os guste la idea, os dejo los enlaces a las bolsitas, los mini-pomperos y las mini-bolsitas de gusanitos que usé.



¿Vosotros qué soléis incluir en estas bolsitas de cumple? ¡Contadme! Seguro que tenéis mil ideas interesantes y siempre está bien conocer opciones nuevas. Saco la libreta y tomo nota para los cumpleaños venideros.
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