¿Alguna vez has sentido que estás atrapado en un bucle infinito de opciones automáticas cuando solo querías hacer una gestión sencilla? “Para consultas sobre su cuenta, pulse 1. Para facturación, pulse 2. Para perder la paciencia, espere en línea.”
La inteligencia artificial ha venido para facilitarnos la vida… o para ponernos al borde de un ataque de nervios, depende del día.
Cuando la IA no entiende tu desesperación
Todo empieza con un inocente “Voy a llamar al servicio de atención al cliente”. Error. Ingenuidad máxima. No llamas a un humano.
— Diga brevemente el motivo de su consulta.
— Quiero cambiar la dirección de envío.
— ¿Ha dicho “Quiero adoptar un pingüino”?¿Es correcto?
Claro que quiero adoptar a un adorable pingüino, pero no creo que sea legal ni bueno para el pobre pingüino…
Los chatbots y su optimismo desmedido
Otro clásico: el chatbot de la web. Aparece en la esquina con su burbujita sonriente, lleno de energía:
”¡Hola! ¿En qué puedo ayudarte hoy?”
Dices tu problema, con educación, con calma. El bot analiza… y te suelta un enlace a las preguntas frecuentes, esas que ya leíste tres veces sin encontrar la respuesta.
— ¿Necesitas más ayuda?
— Sí.
— Un asesor se pondrá en contacto contigo en aproximadamente… 48 horas.
Pasan 48 horas. Nadie responde. Pasan 72. Sigues esperando…
El momento en que logras hablar con un humano
Pero un día, después de luchar contra el menú telefónico, sortear los chatbots y probar combinaciones de teclas al azar con la esperanza de que ocurra un milagro, sucede lo imposible: ¡un humano te atiende!
Te emocionas. Le hablas con cariño. Le agradeces su existencia.
— ¿De verdad eres real?
— Sí…
— No, en serio. ¿Eres humano de verdad?
Y entonces, en ese momento de conexión real, el problema se resuelve en dos minutos. Dos minutos que podrían haber sido al inicio, si no hubieras tenido que atravesar el purgatorio digital.
Conclusión: la IA está bien, pero un humano es mejor
Está claro que la inteligencia artificial es útil para muchas cosas, pero cuando necesitas resolver un problema rápido, a veces solo quieres algo muy simple: una persona real al otro lado del teléfono.
Que te escuche. Que entienda. Que no te haga repetir tu DNI en un tono robótico.
Que no crea que quieres adoptar un pingüino.
Seguro que a todos nos ha pasado… ¿Cuál ha sido vuestra peor experiencia?
Nota graciosa: Por cierto, la imagen de este artículo ha sido creada por una IA… 😅
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