Desde que vivo en Galicia, las chaquetas vaqueras se han convertido en un imprescindible para el verano. Al planificar mi boda a principios de septiembre, donde el clima es impredecible, se me ocurrió una idea que fusionaba estilo y funcionalidad. Aquí os cuento cómo y por qué decidí convertir una chaqueta vaquera en un accesorio único para mi boda.
La inspiración
La idea nació de la necesidad y del deseo de crear un look único y cómodo para mi gran día. Me encantaba la idea de combinar una chaqueta vaquera con unos tenis que también personalicé. Este total look, que incluía vestido de novia, tenis de novia y chaqueta de novia, me parecía simplemente chulísimo. Si te interesa, puedes leer más sobre cómo convertí unos tenis en los zapatos de boda perfectos en este artículo.
La personalización
Decidí tomar el asunto en mis propias manos y personalizar mi chaqueta. Con pintura especial para tela, escribí “Novia” en la espalda en letras grandes y elegantes. Además, le añadí unos encajes delicados en las mangas y en la parte trasera, justo encima de la palabra “Novia”, dándole un toque romántico que combinaba con mi vestido de novia.
Si estás pensando en personalizar tu propia chaqueta, te recomiendo dos imprescindibles que fueron necesarios para lograr el look:
Coordinación con las mujeres de mi vida
Aunque toda mi familia estaba lejos, en Almería, quería que sintieran que formaban parte de este momento tan especial. Les pedí a las mujeres más importantes de mi vida que trajeran sus propias chaquetas vaqueras para que todas fuéramos a juego. Esto no solo creó un look cohesivo, sino que también reforzó el sentido de comunidad y cercanía, a pesar de la distancia.
El Gran Día
El día de la boda, el clima nos sorprendió con un calor inusual para septiembre en Galicia. A pesar de que no necesitábamos las chaquetas para abrigarnos, decidimos utilizarlas durante la sesión de fotos. Ver a todas con sus chaquetas vaqueras fue un momento muy especial.
Las fotos y el recuerdo
Nos tomamos un tiempo para posar con nuestras chaquetas vaqueras. Las fotos capturaron no solo la elegancia del evento, sino también el esfuerzo y cariño que habíamos puesto en cada detalle. Esas imágenes se convirtieron en uno de mis recuerdos favoritos del día.
Un detalle inolvidable
Al final, la chaqueta vaquera se convirtió en mucho más que un accesorio. Fue un símbolo de cómo quise incorporar un toque personal y significativo a mi boda. Cada vez que miro esa chaqueta, me recuerda no solo a mi boda, sino también al proceso de hacer algo único con mis propias manos.
Incorporar una chaqueta vaquera a mi boda no solo fue una solución práctica, sino también una manera de añadir un toque personal y significativo. Fue un detalle que hizo de ese día algo verdaderamente inolvidable, uniendo a todas las mujeres en un gesto de amor y estilo.
¿Te ha inspirado mi historia? ¿Has personalizado algo especial para tu boda ¡Déjame tu comentario! Me encantaría leer tus experiencias y compartir ideas.
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