8 de marzo: Por las que no pueden gritar

por | Mar 8, 2025 | 0 Comentarios

Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Un día que no se celebra, se reivindica. No es una fecha para felicitaciones ni flores, sino para recordar que aún hay mujeres a las que se les niegan sus derechos más básicos. Porque mientras en algunos rincones del mundo discutimos sobre igualdad salarial o liderazgo femenino, en otros, nacer mujer es casi una condena.

Este 8 de marzo es por todas. Por las que no pueden alzar la voz porque las leyes, la cultura o el miedo las han silenciado. Por las que siguen siendo tratadas como propiedad, moneda de cambio o máquinas de reproducción. Por las que nunca conoceremos porque su historia terminó antes de que pudieran contarla.

 

Casadas con 9, 10 u 11 años: la infancia robada

Cada año, más de 12 millones de niñas son obligadas a casarse antes de cumplir los 18 años. Pero el dato más aterrador es que muchas de ellas apenas tienen 9, 10 u 11 años cuando son entregadas a hombres que les doblan o triplican la edad. En países como Níger, Chad o Bangladesh, el 60-75% de las mujeres fueron casadas siendo niñas. Algunas no sobreviven a la noche de bodas. Otras mueren dando a luz a una edad en la que su cuerpo aún no está preparado.

 

Mutiladas para controlarlas

Más de 200 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a la mutilación genital femenina. Se practica en al menos 30 países y, aunque muchas veces se hace en nombre de la tradición o la religión, el único objetivo es el control. Se les niega el derecho al placer, a decidir sobre su cuerpo, a vivir sin dolor. Y lo peor es que no es un problema lejano: en Europa también hay niñas en riesgo de sufrir esta atrocidad. (Si, aquí en España las hay).

 

El velo como cárcel, la muerte como castigo

En Afganistán, las mujeres han sido borradas de la vida pública. No pueden estudiar, trabajar o salir a la calle sin un hombre. No pueden hablar. En Irán, protestar contra el velo obligatorio se paga con cárcel, tortura o muerte. La joven Mahsa Amini murió en 2022 a manos de la “policía de la moral” por no llevar bien puesto el hiyab. Desde entonces, miles de mujeres han sido detenidas por el mismo motivo.

Pero no hace falta irse tan lejos. En muchos países, incluso en Occidente, las mujeres siguen siendo señaladas, juzgadas o atacadas por cómo visten, por cómo se comportan, por simplemente existir.

 

El crimen de querer aprender

A Malala Yousafzai le dispararon en la cabeza cuando tenía 15 años por querer ir al colegio. En muchos países, ser niña y querer estudiar sigue siendo un desafío. Más de 130 millones de niñas en el mundo no van a la escuela, y en algunos lugares, como Afganistán, se les ha prohibido acceder a la educación. Se les niega la posibilidad de un futuro.

 

Violadas y luego castigadas

En países como Sudán o Pakistán, una mujer que denuncia una violación puede acabar en prisión por “adulterio” si no tiene al menos cuatro testigos hombres que confirmen su versión. En otros lugares, la familia de la víctima la obliga a casarse con su agresor para “salvar el honor”. Así, la violación no solo queda impune, sino que se convierte en una condena de por vida.

 

Mujeres tratadas como esclavas

Más de 50 millones de personas en el mundo viven en condiciones de esclavitud moderna. Muchas de ellas son mujeres y niñas obligadas a trabajar sin descanso en fábricas textiles, explotadas en redes de tráfico sexual o vendidas como sirvientas en países donde los derechos humanos son inexistentes.

En algunos lugares, las trabajadoras domésticas migrantes son prácticamente propiedad de sus empleadores. Se les retiran los pasaportes, se las somete a jornadas laborales inhumanas y, en demasiados casos, sufren abusos físicos y sexuales sin poder escapar. Denunciar no es una opción: muchas terminan en prisión o deportadas sin recursos ni protección.

 

Por las que no están, por las que aún luchan

Este 8 de marzo es por ellas. Por las que murieron en la lucha. Por las que siguen resistiendo. Y por las que aún no saben que tienen derecho a soñar con otra vida.

No podemos conformarnos con pancartas y discursos vacíos. No basta con indignarse un día al año. Hay que informarse, compartir, denunciar, actuar. Hay que ser la voz de las que no pueden gritar.

Porque mientras haya mujeres que no sean libres, ninguna lo seremos del todo.

 

Categorías Reflexiones | Temáticos
Etiquetas: Dia de la mujer

Artículos relacionados

0 Comentarios

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: vitanzia.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Hostinger que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.